Sediba Sa Rona

Instalaciones generales

Un día en Sediba Sa Rona comienza con el suave golpe de un despertador. Cuando empieza a salir el sol, disfrute de una humeante taza de café o té y emprenda un safari matutino en un vehículo abierto, mientras la sabana cobra vida a su alrededor. Después de rastrear la vida salvaje durante unas horas, regresará al campamento para disfrutar de un merecido desayuno, seguido de un relajante baño en la piscina o un momento de tranquilidad con un libro en una tumbona a la sombra. El salón a orillas del río, con sus mullidos cojines y amplias vistas, es el lugar perfecto para acomodarse con los prismáticos y observar a los hipopótamos revolcarse o a los pájaros revolotear por el agua.

El almuerzo se sirve en la terraza, fresco y sabroso, y después se puede optar por reservar un masaje en el spa con el sonido de la brisa que agita las hojas y los pájaros o monos que trinan y susurran entre las ramas. Por la tarde le aguarda otra aventura, quizá en mokoro o en un safari que se prolongará hasta bien entrada la noche. Tras una cena servida bajo las estrellas, la hoguera atrae con su cálido resplandor, invitando a historias, copas y risas compartidas. Antes de acostarse, puede enviar una o dos fotos a casa a través del Wi-Fi del lodge o dejar la ropa en la lavandería, listo para otro hermoso día.

Comedor

Todas las comidas y una selección de bebidas están incluidas durante su estancia en Sediba Sa Rona, con cada momento de la cena cuidadosamente programado al ritmo de su día de safari. Las mañanas comienzan suavemente con un café, té y galletas recién horneadas, lo suficiente para alimentar la anticipación del safari. A su regreso, le espera un generoso desayuno a media mañana, que ofrece desde fruta fresca y bollería caliente hasta platos calientes por encargo.

Tras un rato de relax, se sirve el almuerzo, ligero pero satisfactorio, que a menudo se disfruta al aire libre en la terraza con vistas al río. A última hora de la tarde se sirve el té, justo antes de emprender la siguiente aventura. Las noches se reservan para una cena de tres platos, maridada con buen vino y aún mejor compañía, servida bajo un dosel de estrellas o en el comedor cálidamente iluminado. Ya sea a la luz de una hoguera o de un farol, las comidas en Sediba Sa Rona siempre forman parte de la experiencia.