Gibb's Farm

Granja Gibbs: ¡ojalá pudiera vivir allí un par de meses!

Lo más destacado para nosotros sería Gibbs Farm. No estaba muy seguro cuando hicimos la reserva, pero era encantadora y el personal muy amable. Era un lugar mágico y había muchas actividades. A nuestros hijos les encantó estar con los animales de la granja. Creo que si nos hubiéramos quedado allí toda la semana habríamos quedado más que satisfechos. La comida era fabulosa, sobre todo porque la mayor parte es de la granja.

La granja Gibbs era preciosa, el personal amable, la habitación preciosa y los jardines también. La comida era excelente y me gustó que cultivaran sus propias frutas y verduras, y que criaran su propia ternera, pollo y cerdo.

Situada en una exuberante plantación de café, esta propiedad ofrece algo para todos los gustos. Desde alimentar a los bushbabies, ciclismo de montaña, jardinería hasta hornear para los niños. También está a sólo 20 minutos de la puerta del cráter por lo que es el lugar perfecto desde el que explorar las maravillas del cráter.

De camino al Crater Lodge, nos detuvimos en un poblado tribal para conocer su cultura. A continuación, hicimos una deliciosa parada en Gibbs Farms. Disfrutamos de la visita a la granja ecológica y del proceso de recolección y tostado de los granos de café. El bufé del almuerzo era abundante y la comida fresca y deliciosa, incluidos los deliciosos postres. La tienda de regalos tenía la mejor variedad de artesanía africana de todos los lugares que visitamos.

Me encantó el lugar. Probablemente pasaría dos días en el cráter.

Un oasis, sin duda. Era como un B&B inglés en medio de África. La comida era tan buena y el servicio creo que el mejor que hemos experimentado y para mí probablemente el mejor en cualquiera de mis viajes. Nos encantó sentarnos en el jardín a tomar el té de la tarde con vistas a las plantaciones de café.

Nos gustaron los pequeños hoteles boutique, especialmente Gibbs Farm.

Estoy muy agradecida de que nos alojarais en Gibb's Farm. La comida, el servicio y la comodidad era justo lo que necesitábamos después de pasarla mal en un campamento. La mañana de nuestro viaje al Ngorongoro, se habían olvidado de nuestro café... ¡imagínate una plantación de café y nos fuimos sin una gota de nada! Ayoub se apresuró a preparar al menos los termos de café él solo en la cocina. También se aseguró de que el gerente se enterara. Más tarde, en la cena de esa noche, el gerente se acercó a nuestra mesa, se disculpó personalmente por el error y nos invitó a una botella de buen vino tinto sudafricano.

La granja Gibbs fue increíble, 100 veces más de lo que esperábamos, con una habitación enorme (¡más bien una casa!) para nosotros solos... ¡la comida y el servicio fueron de lo mejor!