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Los viajes han vuelto con fuerza. En 2024, alrededor de 1.400 millones de personas viajaron al extranjero, una cifra que prácticamente iguala los niveles previos a la pandemia. Esa recuperación ha traído de vuelta las imágenes de destinos saturados y el malestar creciente de los residentes.
En muchos lugares, los turistas ya superan en número a la población local. Barcelona trata de poner coto a los alquileres turísticos, Venecia ha estrenado una tasa para quienes visitan la ciudad en el día y Ámsterdam debate cómo rebajar la presión en su centro histórico.
Pero no todo es multitud. Aún hay destinos que mantienen un equilibrio razonable entre visitantes y vecinos, donde todavía es posible disfrutar de experiencias auténticas y tranquilas. Y cada vez más viajeros buscan precisamente eso: escapar de la masificación y descubrir rincones distintos.
Entonces, ¿qué países están realmente saturados de turistas? Con los datos más recientes en la mano, hemos elaborado un mapa de los destinos más sobrecargados y también hemos recopilado algunas alternativas para quienes prefieren viajar con más espacio, calma y autenticidad.
Para realizar el estudio, Go2Africa recopiló cifras oficiales de turismo de las oficinas nacionales de turismo e informes para determinar el número de visitantes de cada país y estado de EE UU. A continuación, estas cifras se compararon con los datos de población del mismo año, lo que permitió al equipo calcular la proporción entre turistas y residentes locales de cada lugar.
Estos son los países que lideran la lista mundial y los factores que explican su éxito.
Francia revalida su posición como el país más visitado del mundo, con más de 100 millones de turistas internacionales. Su gastronomía, arte y patrimonio llevan décadas siendo un imán, pero este año la celebración de los Juegos Olímpicos de París le dio un empuje adicional, sumando más de 11,2 millones de visitantes solo en la capital.
España ocupa el segundo lugar, con 94 millones de visitantes. El atractivo es innegable: kilómetros de costa bañada por el sol, un patrimonio histórico único y capitales culturales como Madrid, Barcelona o Sevilla. Sin embargo, el éxito también trae consigo tensiones. Barcelona, en particular, se ha convertido en el epicentro de las protestas vecinales contra la masificación turística, reflejo de un debate cada vez más presente en el país. Al mismo tiempo, Baleares y Canarias continúan registrando cifras récord de turistas, mientras aumenta la presión para que se avance hacia un modelo más sostenible.
Estados Unidos ocupa el tercer lugar, con 72 millones de turistas internacionales. Su atractivo es tan variado como su propio territorio: desde grandes ciudades como Nueva York o Los Ángeles hasta paisajes icónicos como el Gran Cañón o Yellowstone. Esa combinación de cultura urbana y naturaleza convierte al país en uno de los destinos imprescindibles del turismo mundial.
Aunque el número total de visitantes internacionales de un país sirve para medir su popularidad, lo que realmente muestra el grado de saturación es comparar esas llegadas con la población local. Es ahí donde se aprecia qué lugares soportan una presión turística desproporcionada.
El estudio revela que muchos de los destinos más masificados se concentran en el sur y el oeste de Europa, favorecidos por la facilidad de viajar sin fronteras dentro de Schengen. También destacan varias naciones insulares del Caribe, que reciben un flujo constante de cruceros y pueden llegar a acoger a miles de visitantes en un solo día.
Según el estudio, la Ciudad del Vaticano encabeza el ránking de los destinos más saturados, con la desorbitada cifra de 7.709 turistas por habitante. El dato, aunque llamativo, tiene su explicación: hablamos de un microestado de apenas medio kilómetro cuadrado, enclavado en Roma y con menos de 900 residentes, en su mayoría clérigos y diplomáticos. Aun así, es uno de los grandes centros de peregrinación y un lugar de enorme valor cultural, lo que dispara su número de visitantes.
En segundo lugar aparece Andorra, que en 2024 recibió 9,6 millones de turistas frente a una población que no llega a los 82.000 habitantes. Eso equivale a 117 visitantes por cada residente. Su ubicación entre España y Francia, sus estaciones de esquí y su fama como paraíso de compras lo han convertido en un destino fijo para viajeros de la península y del resto de Europa.
Más allá de los Pirineos, muchos de los países más masificados son pequeñas islas muy ligadas al turismo de cruceros. La llegada de miles de pasajeros en cuestión de horas puede sobrecargar sus infraestructuras y alterar la vida cotidiana de la población local. Es el caso de San Marino, Bahamas, San Cristóbal y Nieves o Antigua y Barbuda, que en determinados días llegan a recibir más turistas que habitantes.
Aunque los casos extremos se dan en microestados europeos o en islas del Caribe, algunas zonas de España, como Ibiza o Palma, alcanzan cifras de visitantes por residente que rivalizan con las de estos destinos durante los meses de verano.
Estas cifras reflejan una tensión creciente entre el peso económico del turismo y la necesidad de preservar la calidad de vida local y el entorno. Un recordatorio de que, sin una gestión adecuada, lo que hace especial a estos lugares corre el riesgo de perderse.

Las zonas turísticas más populares pueden ofrecer experiencias únicas, pero la masificación a menudo les resta parte de su encanto. Cada vez más viajeros buscan alternativas más tranquilas, donde disfrutar del destino con calma y autenticidad. Estos son algunos de los lugares más visitados del mundo y sus opciones cercanas con menos multitudes.
El Vaticano es uno de los centros religiosos e históricos más visitados del planeta. Su reducido tamaño hace que, en muchos momentos, la llegada masiva de turistas resulte abrumadora para quienes buscan una experiencia más sosegada. Siena, en el corazón de la Toscana, ofrece una alternativa con arquitectura gótica espectacular, plazas tranquilas y un valioso patrimonio religioso, todo en un entorno mucho más relajado.
Andorra se ha consolidado como destino invernal gracias a sus estaciones de esquí de renombre y su atractivo fiscal, lo que atrae a millones de visitantes cada temporada. Para quienes buscan paisajes alpinos similares pero sin tanta masificación, los Alpes eslovenos son una opción perfecta: montañas imponentes, pueblos de montaña con encanto y pistas mucho menos concurridas, ideales para una escapada diferente.
Quien busque playas de postal puede encontrar en Seychelles una alternativa más tranquila a Antigua y Barbuda. Ambas están formadas por varias islas perfectas rodeadas de playas de arena blanca y aguas turquesas. Pero mientras Antigua y Barbuda se encuentran en el circuito de cruceros y complejos turísticos del Caribe, Seychelles parece más aislada, con menos visitantes, más reservas naturales protegidas y una mayor sensación de aislamiento. Seychelles goza de reconocimiento mundial por su compromiso con la conservación, con más de 40% de su territorio bajo protección oficial, incluidos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como el Valle de Mai y el atolón de Aldabra, hogar de especies raras como el coco de mer y las tortugas gigantes.
Para quienes disfrutan del contraste entre ciudad y naturaleza que ofrece Hong Kong, pero buscan un entorno más tranquilo, Sudáfrica es una alternativa interesante. En Ciudad del Cabo, la Montaña de la Mesa se levanta a un paso del centro y las playas de la Ruta Jardín permiten disfrutar del mar sin las aglomeraciones habituales en Asia. Ambos destinos combinan vida urbana y paisajes espectaculares, aunque en Sudáfrica la escala es mayor y el ritmo, mucho más pausado. Y aunque la gastronomía no tenga puntos en común, el país cuenta con algunos de los mejores vinos del mundo y una cocina cada vez más reconocida.
Mónaco es sinónimo de lujo: casinos, yates y costa mediterránea. Pero también es un destino saturado de visitantes. Para una experiencia costera con estilo, pero sin agobios, Rovinj (en la costa adriática de Croacia) ofrece un casco histórico lleno de encanto, buenos restaurantes y vistas al mar que recuerdan al glamour mediterráneo, aunque en un ambiente mucho más relajado.
Tanto Malta como Mauricio comparten una mezcla de influencias culturales: el legado europeo convive con raíces africanas y asiáticas, algo que se refleja en su arquitectura, lenguas y gastronomía. La diferencia está en el entorno. Malta, más compacta y urbanizada, tiene un carácter marcadamente mediterráneo, mientras que Mauricio ofrece esa misma riqueza cultural en un escenario mucho más amplio y exuberante, con templos hindúes, edificios coloniales franceses, plantaciones de caña de azúcar y picos volcánicos.
Croacia es conocida por su impresionante costa adriática, sus ciudades históricas y sus hermosas playas, pero lugares como Dubrovnik están muy concurridos. Justo al sur, Montenegro ofrece un encanto costero comparable con menos visitantes, con ciudades medievales, naturaleza virgen y aguas cristalinas en un entorno más relajado.
En Virginia Occidental abundan las montañas envueltas en niebla, los bosques y los pueblos pequeños con encanto. Es un destino clásico para senderistas y amantes de la naturaleza.
Las Tierras Altas Orientales de Zimbabue ofrecen algo parecido, pero en un entorno más salvaje y menos transitado. Muy cerca de la frontera con Mozambique, la zona está llena de colinas verdes, bosques antiguos y cascadas espectaculares. Ya sea recorriendo las montañas de Bvumba o explorando el Parque Nacional de Nyanga, aquí la naturaleza se disfruta con calma y sin multitudes.
No sólo los países sienten la presión del turismo: en Estados Unidos, muchos estados también reciben cada año más visitantes de los que tienen como población local. Esto se traduce en atracciones abarrotadas y tensiones crecientes entre residentes y turistas, sobre todo en aquellos lugares donde el turismo es un motor económico clave.
Según el estudio, todos los estados analizados reciben anualmente más visitantes que habitantes, aunque la proporción varía mucho entre unos y otros.
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Cada año, Virginia Occidental recibe la impresionante cifra de 75 millones de visitantes, tanto internacionales como nacionales, frente a sólo 1,77 millones de residentes. Esto supone más de 42 visitantes por cada habitante, lo que lo convierte en el estado más masificado del país. Conocido por sus aventuras al aire libre, como el senderismo, el rafting en aguas bravas y la escalada en roca, el atractivo natural de Virginia Occidental atrae a los viajeros durante todo el año.
Por su parte, Nueva York ostenta la cifra más alta de turismo total, con 306 millones de visitantes anuales. Nueva York es uno de los principales destinos turísticos del mundo y atrae a viajeros nacionales e internacionales. Le sigue de cerca California, con 264 millones de turistas al año, atraídos por el glamour de Hollywood, las playas de Los Ángeles y maravillas naturales como Yosemite, Big Sur y los bosques de secuoyas.
En el extremo contrario, Texas presenta la proporción más baja, con apenas 2 visitantes por cada residente. Su enorme población de más de 31 millones de personas y su ubicación, alejada de las rutas más típicas de los turistas internacionales, explican ese equilibrio.
Por último, Alaska es el estado menos visitado en cifras absolutas, con sólo 2,7 millones de turistas al año. Sus paisajes espectaculares de glaciares, montañas, fauna salvaje y auroras boreales resultan impresionantes, pero su lejanía y los altos costes de acceso, limitados a vuelos o cruceros en temporada, reducen de forma notable el número de visitantes.
Mientras millones de personas repiten cada año las mismas ciudades abarrotadas, Go2Africa propone otra forma de viajar: cambiar las colas y el bullicio por paisajes salvajes, naturaleza en estado puro y encuentros únicos con la vida local.
Sus safaris y viajes a medida están pensados para ir más allá de las rutas habituales y descubrir los rincones más extraordinarios y menos transitados de África.Entre las experiencias posibles están ver la Gran Migración en una reserva privada, caminar junto a guías en busca de rinocerontes o pasar la noche bajo las estrellas en los desiertos de Namibia.
Para identificar qué ciudades, estados y países reciben más turistas que habitantes, Go2Africa recopiló los datos más recientes de fuentes oficiales, como oficinas de turismo y organismos internacionales.
El análisis se centró en las cifras de visitantes correspondientes a 2024 (y, en los casos en que no estaban disponibles, en las de 2023) y se contrastaron con las poblaciones locales del mismo periodo, lo que permitió hacer comparaciones fiables.
En cada destino se calculó la proporción de turistas por residente, dividiendo el número de llegadas entre la población local. Este indicador pone de relieve los lugares donde la presión turística es claramente superior al tamaño de la comunidad que los acoge.
El estudio se fijó especialmente en los turistas internacionales, con el objetivo de medir el impacto de los visitantes llegados desde el extranjero. En el caso de los estados de Estados Unidos, se tuvieron en cuenta tanto los turistas internacionales como los nacionales.
Los datos se recopilaron en junio de 2025.