Lemala Ngorongoro

Un lugar único y especial. La ubicación del campamento era perfecta y el entorno espectacular, entre un bosque de acacias. Me encantó. Nunca olvidaré el "clomp, clomp" de una cebra trotando junto a nuestra tienda a primera hora de la mañana. Disfrutamos mucho con nuestro guía, Hassan, un joven brillante y elocuente. Fuimos de los primeros jeeps en llegar al cráter por la mañana y, después de un día entero (casi 9 horas), Hassan nos había enseñado prácticamente todo el cráter y mucha vida salvaje.

Muy bien. No dudaría en volver a alojarme allí. El Ngorongoro fue estupendo, especialmente Praygod, el encargado de nuestra tienda.

Lemala Ngorongoro fue la MEJOR sorpresa. El campamento era ESPECTACULAR. ¡La gente era tan acogedora e increíble! Nos encantó nuestro conductor, Frank, pero el mayordomo del campamento, Alois, es oficialmente nuestra persona favorita del viaje.

En Lemala, en el cráter del Ngorongoro, había un señor (Isaya Runguna) que se llevó a nuestros hijos cuando llegamos y jugamos al fútbol con él durante lo que parecieron horas, y mi marido y yo disfrutamos de los momentos de tranquilidad. Nuestros hijos siguen preguntando cuándo podremos volver a jugar con él.

La comida era increíble en todas partes y tenías razón, creo que definitivamente comimos más de lo que necesitábamos, así que tener suficiente comida no fue una preocupación. Definitivamente es una sensación única estar en medio del Serengetti siendo alimentado con lo que parece una comida y presentación clasificada como estrella Michelin.

El único campamento de tiendas móviles en el borde del cráter que te da la sensación de estar en la sabana. Los calefactores en las tiendas y las botellas de agua caliente en las camas dan una sensación muy hogareña.

Lemala, en el Ngorongoro, era quizás el más rústico, pero también el que más "sensación de sabana" daba, al ser un campamento móvil. Todo era tan eficiente que nos encantó.

La verdad es que disfrutamos mucho de la experiencia de acampar, por las horas felices alrededor de la hoguera antes de cenar. La hora feliz nos dio la oportunidad de conocer a otros turistas, intercambiar historias entre nosotros y disfrutar de una cena juntos. El personal de cada lugar nos pareció muy amable y servicial.